Un mes. Apenas un mes es lo que falta para que la Convención Constituyente comience a reescribir parte de la Carta Magna provincial. Ese tiempo tiene la política santafesina para acordar reglas, establecer un sistema de trabajo y –sería ideal– adelantar los trazos gruesos del nuevo texto constitucional en un marco de consenso lo más amplio posible. Es que después tampoco sobran los días: a más a tardar en dos meses, el 14 de septiembre, la reforma de la Carta Magna santafesina debe estar terminada.

Del lado del oficialismo, los preparativos avanzan ahora en tres planos: el técnico, el político y el material. El primero lo llevan adelante los especialistas, que en algunos casos son los mismos que ya participaron en la redacción de la ley de necesidad de la reforma y que ahora empiezan a ponerle letra al nuevo texto constitucional. 

Lo que vuelquen a ese texto dependerá de lo que se cocine en las mesas de negociación política. En el frente oficialista Unidos dicen que el plato está a punto de salir. Que todavía hay debate interno sobre los ingredientes, pero ya no hay mucho margen: los comensales tienen hambre.

En el plano material, como siempre, el cambio será mucho más tangible: en la Cámara de Diputados de la provincia comenzaban este viernes las tareas para adecuar el recinto, que habitualmente alberga a 50 legisladores, a las necesidades de una Convención Constituyentes de 69 integrantes.

Una vista del recinto de Diputados, con los pupitres pero sin las bancas.

El camino de los acuerdos políticos, nunca es novedad, es el más espinoso. Unidos, primera minoría al borde la mayoría, lo recorre por ahora internamente. Pero está en la parte final de esa etapa. La idea en el oficialismo es que el jueves que viene vuelvan a reunirse sus 33 convencionales y que después se abra el diálogo con los otros sectores.

Primero para cerrar el reglamento y la forma de trabajo: cuántas comisiones, con qué atribuciones, facultades del presidente de la Convención, sistemas de decisión, entre otros tópicos. Segundo, aunque sin margen para dilaciones, comenzar a orientar los contenidos.

La comisión técnica trabaja también sobre el tema y el o con los referentes políticos es permanente. Además, hay sectores involucrados en el diseño constitucional que mueven sus fichas. Un ejemplo de ellos es el Ministerio Público de la Acusación (MPA), cuya fiscal general, María Cecilia Vranicich, se reunió con todos los grupos políticos con representación en la Convención y logró instalar la idea de que el organismo debe ser un “extrapoder” independiente de la Justicia.

Los trabajos comenzaron el mismo jueves.

De esas cosas se trata la reforma, que tiene un temario que implicará un rediseño institucional que no será un reseteo, pero que incluirá cambios significativos que no se agotan en si el gobernador puede o no ser reelecto.

La idea de que los mismos deben ser fruto de un consenso lo más amplio posible marida con otra: que lo que se defina debe durar, porque después, como lo certifica la historia santafesina, cuesta demasiado llegar a los acuerdos y las circunstancias para volver a cambiarlo.

En este desfiladero, Unidos tomó algunas definiciones que, entre otras cosas, buscan un funcionamiento interno prolijo, que facilite las negociaciones con los otros sectores: una de ellas es que será un bloque y no un interbloque, a pesar de que la UCR, el PS y el PRO no coinciden en sus posturas en todos los temas.

Se supone que la bancada oficialista la presidirá Fabián Bastía, ministro de Gobierno y muy cercano al gobernador y convencional Maximiliano Pullaro. El socialista Joaquín Blanco y el macrista Cristan Cunha completarán el esquema de conducción. El senador Felipe Michlig será el presidente de la Convención, ya prácticamente funge de tal. Son quienes a partir de la semana próxima pondrán la mesa para comenzar el intercambio con los otros sectores. 

Mientras, los técnicos seguían este viernes con sus propias reuniones y en la Cámara de Diputados de la provincia comenzaron a remover bancas y acomodar espacios. Cuando los legisladores vuelvan al recinto, el 3 de julio próximo, la readecuación debería estar terminada. Once días después ese lugar será el escenario de la parte final de un proceso histórico. El plato está en marcha.